UNO DE LOS MEJORES JUGADORES DEL MUNDO, LA SACÓ DE UN APRIETO HACIÉNDOLE DE CHÓFER….¿QUIERES SABER QUIÉN?
He hablado con Carme sino de todo, de casi todo. Y mucho, eso os lo aseguro. Iba a hacerle una entrevista con alguna pregunta de coches, como suelo hacer en esta sección de Sobre Ruedas, pero acabamos hablando prácticamente sólo de coches o, mejor dicho, de viajes en coche. Curioso porque esta conversación, tantos años después de conocernos, no la habíamos tenido y encima, descubro cosas que no sabía. ¡Y qué cosas!
Nos ponemos en ruta.
No tienes el carnet de conducir pero, ¿cómo ves que hablemos de coches, Carme?
Pues muy bien, ¡porque me encantan! Me encanta viajar y mis recuerdos sobre ruedas pasan por todos esos viajes que tuve la suerte de hacer junto a mis padres. A mi padre le encantaba conducir. Le encantaba ir a todas partes en coche. Mi madre tenía un problema de claustrofobia y no podía coger el avión, así que con ellos me recorrí prácticamente toda Europa en coche. Eran viajes que estaban también muy vinculados al trabajo de mi padre y allá donde había una feria, allá que nos llevaba.
-¿Hasta dónde llegasteis en esos viajes?
Pues con ellos llegué muy lejos, sí. Llegamos a
la antigua Yugoslavia, a Alemania, a Polonia, Francia… pero había un viaje que hacíamos sistemáticamente y era a Ivrea, Italia. Llegamos a casi todos los rincones de este país. Para mi padre estos viajes representaban lo que para mí puede representar coger el metro a Pl. España. Era algo normal y fácil.
Estamos hablando de muchas horas de viaje, Carme, ¡y con tus padres! ¿Cómo eran esos trayectos? ¿Qué recuerdos te vienen?
Pues mira, que eran unos viajes muy divertidos.
¿Escuchabais música? ¿Cuál era la banda sonora que os acompañaba?
¡Pues claro que sonaba música! Y si no recuerdo mal ¡hasta chistes! Sonaba de todo. Llevábamos una cajita con radio cassettes muy bien ordenados. Pasábamos de las canciones de La Trinca, para reírnos, a las canciones de Supertramp o Lluís Llach entre otras. Daba para mucho el viajecito. Hasta para jugar a diferentes juegos de palabras.
Yo doy fe de que eres una buena copiloto, Carme. ¡Te debiste curtir en esos viajes! (risas)
Pues sí. Yo me mimeticé con mi madre que era una buenísima copiloto. Así que reconozco, como bien dices y sabes, que lo he heredado. Como copiloto nunca me duermo, siempre voy atenta, doy conversación, cambio la música, busco la mejor…
Que sí, que sí. Que doy fe de ello. Que llevamos muchos kilómetros juntas…
Llevamos muchos kilómetros juntas porque también llevamos mucha vida juntas, mucho vivido, mucho sufrido, mucho disfrutado, es un viaje maravilloso en el que hemos pasado de todo. Hemos compartido muchos momentos y muchos de ellos sobre ruedas, sí. El coche es un lugar tan pequeño, que te acerca mucho a quien tienes al lado y se convierte en un espacio muy íntimo donde es fácil que surjan confidencias: escuchas música que te transporta a un recuerdo y lo compartes, hablas de todo un poco, piensas en alto…
¡Mira! Visualizo que nuestros últimos viajes serán en una sillita de ruedas con la mantita en las piernas…¡y no descarto que haciendo carreras! Jjajajajjaaja.
Pero no tienes el carnet de conducir, ¿por qué?
Principalmente porque viví una mala experiencia justo antes de empezar a sacarme el carnet que me marcó y luego pues fue pasando el tiempo, fue pasando… y ya me acomodé.
Me explicaste una vez una anécdota tuya con, nada menos, que José Mourinho. ¡Cuenta, cuenta!
Trabajaba en Tv3, en producción de deportes. Yo coordinaba también el tema de los invitados y Mourinho era el segundo entrenador del Barça por aquel entonces. Le llamaban el traductor, de manera peyorativa, porque parecía que solo estaba ahí para traducir y luego, ya ves, ha demostrado que es un gran entrenador. Aunque yo no comparto su forma de hacer ni en el campo, ni fuera de él, es verdad que ha conseguido muchos títulos y es un gran entrenador.
Era un reto tener a alguien como él en plató en ese momento. Cuando acabó el partido fui a buscarle y le dije que iba a llamar al coche de producción pero, como él vivía en Sitges, me comentó que prefería que fuéramos en el suyo, si no me importaba. A mí me daba igual como llegar, lo importante era tenerle en el programa. Una vez que ya estamos en marcha me pregunta cuál es la salida y claro, yo al no conducir y llegar siempre a la tele en taxi o con el chófer del programa, me di cuenta de que nunca me había fijado en la salida que debíamos tomar. Así es cómo nos perdimos. Pasamos de largo la salida, cogimos una que no era, creo que dimos vueltas por Sant Joan Despí, Sant Just Desvern… en fin, un lío. El programa era en directo así que imagínate la tensión de mis compañeros al ver que no llegábamos.
Pocas personas pueden contar una anécdota así. ¿Y cómo fue? ¿Fue simpático, seco…?
El Mou de entonces era muy diferente a lo que parece ser ahora. Era ese Mou que vivía en Sitges, campechano, que comía esas paellas con sus grandes amigos que tenía por allá. Un tipo con un gran sentido del humor. Era otro Mou. Ahora tiene un carácter más desagradable aunque probablemente se haya creado un personaje. Pero aquel Mou, el de entonces, con el que hablé, con el que me perdí, fue un Mou guay. Nos reímos mucho después de aquello. Generó bastantes bromas y mis compañeros de Tv3 no daban crédito a que me hubiera podido perder.
Esta anécdota forma parte de las cosas que te pasaban antes, cuando eras periodista y podías compartir muchos momentos. Ahora las cosas han cambiado mucho. ¡Tengo otra anécdota del estilo!
¡Me parto! Eres lo más, Carme. Me hubiera encantado veros por un agujerito, si te soy sincera. A ver esa otra anécdota, ¿te volviste a perder con alguien conocido?
No exactamente. En esta ocasión sucedió en Milanello hace muchos años. Jose Antonio Luque, Robert Fonollosa, Josep Pererol y una servidora estábamos en Italia para cubrir el partido de la entonces Copa de Europa entre el Milan y el Barça. Te hablo de cuando no había móviles, las crónicas se hacían con máquinas de escribir y las crónicas de radio se hacían desde un teléfono público. Llamar un taxi era poco menos que un drama. Y como Van Basten nos había dado plantón después de esperarle mucho rato para hacerle una entrevista, nos quedamos solos y aislados en la ciudad deportiva. Por suerte, un coche sencillo (no de esos que esperas ver conducir a una futbolista) se paró al vernos hacer autostop porque no sabíamos cómo regresar a la ciudad. Llegábamos tarde a una comida que había organizado el Barça para, supuestamente, dar una noticia muy importante y no podíamos faltar. Al bajar la ventanilla ¡vimos que era Donadoni!. Nos preguntó qué nos pasaba y muy amablemente nos invitó a subir como pudiéramos al coche, ya que llevaba la sillita de la niña detrás. Poco menos que íbamos sacando la cabeza por la ventanilla para entrar bien mientras que, uno de los mejores jugadores del mundo por aquel entonces, nos acercaba hasta aquel hotel donde tenía lugar ese almuerzo.
Si tuvieras que compartir ahora un largo trayecto en coche, ¿con quién lo harías?
Con Piqué. Lo tengo clarísimo. Me encantaría poder hablar con él largo y tendido. Me parece la evolución más interesante que hay en este momento de un futbolista. Como persona y como profesional. Es un jugador que es muy inteligente. De una inteligencia de base brutal, y me da a mí que tiene una inteligencia emocional bastante importante también. Está evolucionando de una forma interesante como empresario, convive con una estrella mundial y con ese entorno, sin olvidar que al final ella está aquí con él, con sus dos niños y haciendo una vida bastante normal. O por lo menos eso es lo que comparten en sus redes. Para mí es un tipo interesante que va un paso por delante del futbolista. Me gustaría preguntarle sobre muchos temas.
Y para acabar, Carme, sobre el AutoRenting ¿qué te parece la idea de tener las cosas sin preocuparte o poseerlas?
Pues es un estilo de vida que va mucho con mi personalidad. Es muy acorde con mi forma de pensar. Me parece muy interesante. Estoy muy de acuerdo con esta filosofía.
¿A quién le recomendarías el Ford Fiesta?
Visualizo a mi hijo. Creo que es un coche ideal para alguien joven como él.
TEST DE VELOCIDAD
Una virtud: soy muy positiva.
Un defecto: la inseguridad
Mejor recuerdo deportivo: ¡Hay muchos!. Pero diré uno que compartí contigo: la Champions del 2009 en Roma con Pep Guardiola.
El peor recuerdo deportivo: La final de la Copa de Europa de Sevilla contra el Steaua de Bucarest, temporada 85-86. Fue un mazazo para todo el barcelonismo.
Que te da miedo: No le temo a casi nada. Si acaso le temo a algo, es al dolor. O que lo sufra alguien de los míos.
Me gustaría conocer… ¡a tantas personas! Ahora mismo te diría que a Isabel Allende y a Oscar Camps.
Si pudiera elegir un sueño…elegiría la paz, la convivencia, la tolerancia…
Para que un día sea perfecto necesito… sol, buena lectura, una copa de vino y buena compañía.
Agradecimientos a FORD ESPAÑA y Banco Sabadell.