Para la tuya y para la tuya, sí. Seas hombre o mujer. Hoy en día todos nos cuidamos casi por igual. O al menos lo intentamos, que no es poco. Ahora que se acerca la Navidad y mi cumpleaños ( ya a la vuelta de la esquina!!! Ahora en diciembre) , he pedido por adelantado mi regalo. Por primera vez he probado “vitaminarme” la piel de la cara. ¿Cómo? Pues con un tratamiento minimante invasivo que consiste en unas microinyecciones por todo el rostro. Es un auténtico Cóctel de Vitaminas con muchos beneficios para la piel del rostro que suele ser una zona muy castigada en invierno por el frió y la intemperie y en verano por la exposición a los rayos solares.
Este tipo de tratamiento, es también cada vez más demandado por los chicos, por los hombres que se preocupan por su imagen que, al fin y al cabo, no solamente delata juventud, sino que un buen rostro “lozano” también transmite salud. Y es que hoy en día muchos, y cada vez más, nos preocupamos en general por tener unos buenos hábitos. Una buena alimentación. Un estilo de vida en forma, cuidado y saludable. Y esta es una forma de proyectar al exterior una imagen no necesariamente sólo de juventud, sino de tener un aspecto general más saludable.
A partir ya de los 25 años en algunos casos y por la sobre exposición al sol principalmente, podemos notar como la piel, poco a poco, pierde su luminosidad, su elasticidad y también su tersura. Evidentemente, con el paso de los años se va acusando más. Y las cremas, imprescindibles después de una buena higiene diaria, no suelen ser suficientes.
Las vitaminas son imprescindibles para la piel de nuestro rostro: la nutren, la hidratan, la protegen de los radicales libres, le dan luminosidad…
EL PROCESO.
Ya sabéis que mi centro de referencia para mis cuidados es IMCLINIC. Y hasta aquí he venido. Es un tratamiento muy completo. Así que requiere su tiempo para hacerlo bien. El Dr.Julían Bayón, responsable de la Unidad de Estética de la clínica, empieza por dejarme relajadita en la camilla con el rostro untado en una crema para “dormir” la piel y notar menos los pinchacitos Se llama emla. Es como la que te ponen en algunas ocasiones para los tatuajes. Una sensación curiosa pero absolutamente indolora, está claro.
Pasada una media hora o unos 40 minutos, empieza el proceso. Algunos de los pinchacitos de las microinyecciones los he notado más que otros. Parece que eso es normal.
Alguno pues, es más molesto pero sin más. Si sois muy aprensivos con las agujas, lo podéis pasar un poco peor. Pero es absolutamente soportable. Me comenta el doctor de que a mi piel le falta hidratación cuando le digo que noto, que “oigo” desde dentro, como la agujita atraviesa mi piel. Un pequeño, minúsculo “creck”. Os lo cuento no para asustaros sino como curiosidad. Yo que me pongo crema cada mañana y cada noche y ¡no es suficiente! Aquí está la prueba. En una piel bien nutrida, me dice el doctor, no se notaría ni “escucharía” ese “ruidito” (lo pongo entre paréntesis porque, obviamente ruido, lo que se dice ruido hace. Pero tienes la sensación de “escucharlo” tú desde dentro) .
Con mucho mimo y cuidado el doctor va procediendo hasta completar todo el rostro. A ver, tuve la sensación de acabar como un colador, eso sí. Pero con una buena y fresquita mascarilla de té verde que me pusieron después para calmar la piel, me reconcilié con el tratamiento.
Esto se puede o, mejor dicho, se debería repetir cada dos o tres meses según necesidad. Pero, como siempre digo, al menos una o dos veces al año, nos lo meremos. Menos es nada, pienso. Ideal regalito para las Navidades y fiestas de guardar como cumpleaños, día de enamorados, días de la madre, del padre. Unos packs tentadores para cuidarte, para pedir que te cuiden y disfrutarlo al máximo,
Porque tú lo vales! 🙂
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